Mucha gente tiene una falsa idea de que, a la iglesia solo tiene que ir la gente “buena” de buenos modales, consagrados, con una vida modelo, con una actitud súper positiva, ultra cool y de un testimonio sobrenaturalmente intachable.

Lamento decirte que eso es un gran error, lo cierto es que, a la iglesia asistimos la gente con mil defectos, gente que lucha con su propia mente, vicios, malas decisiones, malos hábitos y pecados, gente común y corriente que está consciente de que no podemos perfeccionarnos a nosotros mismos, muy al contrario, somos incapaces de llevar una vida en santidad por nuestras propias fuerzas. Sin embargo, solo a través de Cristo podemos llegar a ser aceptables delante del Padre, podemos despojarnos de todo aquello que daña nuestra vida, a nuestros seres queridos y a nuestra sociedad.
Solamente a través de Cristo podemos cambiar y llevar una vida diferente, una nueva vida.

Búscanos y ponte en contacto con nosotros, seguramente eres uno de los nuestros.